El cambio de Rectorado en la UMA
La Universidad de Málaga se encuentra ahora mismo en el ojo de una tormenta que no parece tener fin. Se ve sometida en una exigente competitividad entre las diferentes instituciones educativas españolas, y ahora, también con la inminente apertura de tres nuevas universidades privadas en la provincia. Nos encontramos una gigantesca deuda de 25 millones de euros a la Junta de Andalucía, una reducción de la representación del estudiante y los sindicatos estudiantiles y un cambio en el rectorado con la llegada de Teo López al equipo de dirección.
El programa de Teo se puede interpretar como una adaptación y revalorización del nombre de la UMA como marca, aprovechando que es la primera universidad española en haber obtenido el sello de “Universidad Emprendedora”, otorgada por la ACEEU, y estar dentro del proyecto España Nación Emprendedora. Continua la misma tendencia que ha marcado el quehacer de las universidades: atraer a las empresas y reforzar los monopolios nacionales para competir en un ámbito internacional, a través de inversiones en I+D.
Con estas acciones, y un constante recorte en los departamentos que afectan al estudiantado y profesorado de la UMA, se pretende cubrir esta millonaria deuda y comenzar a recibir cada vez más financiación por parte de las empresas. Actualmente, la financiación pública de las universidades es de alrededor de un 75% del total, pero con el nuevo modelo de financiación, se busca que el monto aportado por las empresas llegue al 30%. Desde la Junta se ha exigido que se haga un recorte de 14 millones, que redundará seguramente en una disminución de los servicios, ya escasos, que tiene la universidad.
Por un lado, encontramos la creación de un entorno emprendedor, que lograría mentalizar al alumnado a través de asignaturas, charlas, la red Alumni, el consejo de estudiantes, el decanato de las facultades, y la creación de unidades de emprendimiento. Pero por el otro lado, tanto los grados, como los másteres y los doctorados, se adaptarían cada vez más a los intereses de las empresas. Por lo que se buscaría tener un contacto directo con el tejido empresarial de la ciudad, especialmente con las pequeñas y medianas empresas. Con este tipo de medidas se buscaría conseguir el sello de empleabilidad proporcionado por el gobierno de España junto a la ANECA. De esta manera, bajo estos términos de prácticas empresariales, el estudiantado cambia créditos y conocimientos, a cambio de mano de obra barata o no remuneradas.
Dentro de poco se constituirán los nuevos estatutos de la UMA. Se plantea que para su realización haya un alto grado de participación de la comunidad universitaria. La representación estudiantil se puede prever que se limite a los consejos de estudiantes, siendo estos una forma muy estrecha de comprender la representación estudiantil. No deberá hablarse únicamente con esta representación, sino que deberá impulsarse un proceso más amplio con las asociaciones estudiantiles, las asambleas que se puedan convocar y teniendo en cuenta también a los trabajadores de la universidad.
La voz estudiantil debe ser vital a la hora de la toma de decisiones en cualquier centro educativo, a través de movimientos, organizaciones y sindicatos estudiantiles independientes que defiendan los intereses y derechos del alumnado. La represión y limitaciones a estos órganos dificultan la convivencia y diálogo entre las direcciones educativas, y las preocupaciones y problemáticas del estudiante.