¿Qué esperar de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo?
A lo largo de estas semanas se han desarrollado las campañas electorales de los partidos que componen el cuadro político español, ocasión aprovechada desde la socialdemocracia hasta los gobiernos liberal-conservadores como campo de prueba de las cada vez más cercanas elecciones generales. Mientras formaciones como VOX o el Partido Popular hablan sin pudor de aumentar el beneficio empresarial, reducir gasto público y recortar derechos conquistados, la vieja y nueva socialdemocracia trata de erigirse como la alternativa a la reacción y el voto útil frente a políticas abierta y aparentemente más agresivas, mientras se desenvuelve en los mismos márgenes y bajo las mismas lógicas.
Esta nueva pugna electoral se enmarca en un profundo contexto de crisis que ha empapado programas y discursos, trascendiendo aceleradamente el panorama regional. Los estudiantes –los jóvenes de extracción obrera y popular en general– conocemos de cerca las implicaciones de esa crisis, pero también de la gestión de formaciones tanto liberal-conservadores como socialdemócratas: la inflación y la carestía de vida ahoga al pueblo trabajador, los problemas de salud mental y el consumo de psicofármacos están disparados, los servicios públicos colapsados, el acceso a la vivienda se ha convertido en un lujo casi tan buscado como un contrato laboral digno y que permita tener vida más allá del trabajo… Paralelamente, los discursos reaccionarios y la violencia descarnada está nuevamente en auge. Vivir se ha convertido, para muchos, en una carrera de fondo llena de obstáculos que sortear.
En el ámbito educativo están también ampliamente contrastadas medidas de uno u otro corte. Mirando al presente, a nivel estatal, el gobierno PSOE-UP acaba de poner a punto las Enseñanzas Medias, la Formación Profesional y la Universidad reforzando el papel directo o indirecto de la empresa privada y consagrando mecanismos que abaraten nuestra fuerza de trabajo desde nuestra condición de estudiantes; en distintas CCAA, gobiernos del Partido Popular apoyados en VOX llevan a término la política educativa, desarrollan normativa sobre la que cómodamente profundizar ese proceso privatizador y, de facto, desmantelan la pública. Una vez más las premisas de gestión son las mismas: la Educación es formadora de mano de obra acorde a las necesidades de cualificación de las empresas, moldeadora del pensamiento e interesante nicho de mercado.
La cuestión es, por tanto, que es más que necesario romper con esas premisas, construyendo un movimiento estudiantil independiente en un sentido clasista, combativo y en unidad con el movimiento obrero; posibilitando un nuevo tipo de educación y de sociedad. Desde el Frente de Estudiantes llamamos al conjunto del estudiantado a confiar en sus propias fuerzas, a no creer que su potencial transformador se reduce al voto y a no delegar la defensa de sus derechos. Gobierne quien gobierne, ¡inundemos de lucha cada rama educativa!