Andalucía | Opinión | Resoluciones y posicionamientos | Sevilla | Territorios

Hoy le toca a la Pablo Olavide

Hoy la Universidad Pablo de Olavide resiste, pero mañana no habrá muro que contenga el derrumbe. Recortan, estrangulan con deudas y exigen silencio a gritos, pero el estudiantado de la UPO no se calla: convoca asambleas, inunda las facultades de octavillas y construye redes que ningún recorte podrá tumbar. La historia no perdona a quienes retroceden, lo que no se defiende, se entierra. Cada euro robado, cada aula abandonada, no son errores de un sistema, son sabotajes calculados. Y cada uno de ellos es un golpe certero al corazón de quienes creemos que el saber debe servir al pueblo trabajador.  Como escribió Pablo Neruda, «Podrán cortar todas las flores, pero no detendrán la primavera». Nosotros somos esa primavera.

El pasado 27 de noviembre, las Universidades Públicas de Andalucía desnudaron la realidad: la Junta acumula 25 millones de euros en deudas incumplidas, mientras las facultades se ahogan en deudas. Prometen fondos «en camino», pero la educación pública no se alimenta de futuros condicionales. Cada día de impago son becas que nunca llegarán, proyectos enterrados en carpetas burocráticas y personal exhausto sosteniendo un sistema al borde del colapso. No son números; son estudiantes devueltos a casa, investigaciones abortadas, aulas que se caen a pedazos.

En Madrid, los estudiantes ya están en las calles. Lo nuestro no es una protesta local, es el reflejo de un conflicto contra quienes quieren desarticular la educación pública. Un sistema que estrangula a la UPO hoy, puede asfixiar a cualquier universidad mañana. No se trata de casos aislados, sino de un modelo que vacía lo público para convertir el conocimiento en mercancía. Si no luchamos, nos quitarán todo. Por eso la respuesta debe ser masiva, unida y sin fisuras: estudiantes, profesores, sindicatos, personal administrativo, de limpieza e investigador, todos debemos luchar juntos. La educación es una cadena, y cada eslabón cuenta.

Ante esta situación, el Frente de Estudiantes no espera a que otros actúen, está donde late la lucha. En cada asamblea que discute estrategias, en cada facultad que se moviliza, en cada grito que desafía la resignación; ahí estarán nuestros militantes. Somos la juventud que no se resigna a ser espectadora, que sabe que los derechos se arrancan con organización y coraje colectivo. No hay heroicidades individuales aquí, solo el pulso firme de quienes creen que otra universidad es posible.

La hora es ahora. Los paros, las marchas, las ocupaciones pacíficas, cada acción cuenta. No hay gesto pequeño cuando se trata de defender lo que es de todos. Tenemos que luchar por un modelo educativo que sirva al pueblo, es el momento de responder.

Entradas Similares