Resoluciones y posicionamientos

El estudiantado en la campaña del 28A: el gran ausente

Los párrafos que siguen se configuran como una reflexión breve de nuestra Comisión Ejecutiva General sobre el que creemos que es el papel del estudiantado en estas elecciones. Da igual a quién vayas a votar, si es que has decidido hacerlo. Este artículo habla, en primera persona, de los estudiantes y trabajadores que sufrimos las consecuencias de la privatización y la falta de recursos; y habla también de qué tenemos que hacer, independientemente de nuestro voto, antes y después del 28A. Te invitamos, si crees necesario para ti y para tus compañeros un cambio en el modelo educativo, a seguir leyendo.

Ha empezado la campaña electoral y los principales partidos políticos lanzan su artillería programática, también en materia educativa. Hay quien ni siquiera esconde para quién hace política: “presencia de la empresa en la universidad”, reza el punto número nueve del decálogo educativo del Partido Popular -no hablamos ya de los renegados por la derecha de Santiago Abascal-. Quienes poco conocen el estado de miseria de nuestros centros públicos, se inventan asignaturas para ganar rédito electoral. Pero los grandes consensos parlamentarios (conciertos, selectividad, privatización) se mantienen intactos a pesar del gran circo electoral. En pleno apogeo de lo mediático y la política del espectáculo, en la cuenta atrás para el 28A, ¿dónde está la comunidad educativa? ¿dónde estamos los estudiantes?

Desde luego, no estamos representados por un Gobierno que a golpe de decreto ha convertido sus promesas tras la moción de censura en su campaña electoral, haciendo del engaño y el chantaje al pueblo trabajador su aval para ganar en las urnas. Hasta la fecha, la LOMCE es plenamente vigente, y somos nosotros quienes vivimos en primera persona sus consecuencias. No creemos en el cambio del voto útil; tampoco en las promesas vacías y las falsas ilusiones. ¿Qué cambio? ¿Derogar la LOMCE mediante un engendro legislativo con insultante parecido a la LOE? No están, ahí tampoco, representadas las necesidades de la comunidad educativa y el estudiantado.

Los hijos e hijas del pueblo trabajador estamos -estáis- en los institutos de los barrios obreros y en las universidades a las que cada vez más se nos complica el acceso. Estamos pagando con nuestro presente y futuro la inseguridad de las prácticas curriculares, la falta de recursos de nuestros centros y la privatización. Es ahí donde estamos los estudiantes y, por tanto, es desde ahí desde donde tenemos la gran responsabilidad de luchar por nuestros derechos, por encima de cualquier opción de voto. ¡Claro que la composición del Congreso puede significar políticas educativas aparentemente más amables o abiertamente agresivas! Pero es que nosotros vamos más allá -necesitamos ir más allá- del mero posibilismo, porque sabemos que lo fundamental para ganar es, y siempre ha sido, que los trabajadores y sus hijos e hijas nos organicemos en nuestros centros de trabajo y estudios de forma generalizada. Nos tomamos la licencia de referirnos al reciente ejemplo de cómo los trabajadores de Coca-Cola en Fuenlabrada ganaron al gigante multinacional, que no hubiera sido posible sin unidad, solidaridad y organización; pero son miles los ejemplos que nos brinda nuestra historia.

Llamamos, por tanto, a que el estudiantado organizado lance este mensaje a sus compañeros; y llamamos a quienes aún hoy son sujetos pasivos de su vida y futuro, a tomar partido y a confiar en la fuerza colectiva de todos nosotros luchando por nuestros derechos. Por dos principales razones: a un nivel inmediato, la organización del estudiantado va a garantizar mejoras concretas -hemos conseguido ampliaciones de horarios en bibliotecas, realización de obras en edificios en mal estado, microondas en las cafeterías o cambios en los planes de estudios-; pero es que, en una perspectiva amplia, esta organización de una mayoría de estudiantes es necesaria y condicionante para un modelo educativo que responda a nuestros intereses como hijos e hijas del pueblo trabajador. En ese sentido, a la hora de analizar las políticas educativas de un Gobierno, fuera cual fuese, lo haremos conscientes de que nuestra propuesta educativa (la de los estudiantes) implica un cambio de paradigma que solo es posible con el sindicato estudiantil estatal como herramienta y el trabajo en lo más concreto como forma organizativa.

Por si a alguien le quedaba alguna duda, aquí estamos los y las estudiantes.

#DependeDeTi

#SigueElContraataque

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