Acerca de la celebración de la cumbre de la OTAN
Este 29 y 30 de junio el gobierno PSOE-UP acoge en Madrid la cumbre de la OTAN. Este evento no sólo coincide con el reciente 40 aniversario de la adhesión de España a la organización, sino que se envuelve en un sangrante contexto de guerra en Ucrania en la que la OTAN ha jugado y juega un papel esencial: en la intensificación de las tensiones primero y, después, en la escalada bélica y el mantenimiento del conflicto imperialista. La celebración de la cumbre clarifica, además, movimientos respecto a Ucrania abiertamente belicistas por parte del gobierno central, que ha tratado de referenciarse ante la alianza. Sin ir más lejos, el papel de España como miembro de la OTAN ha supuesto participación en el conflicto por la vía del gasto militar, el envío de armas y la propaganda atlantista.
Desde el Frente de Estudiantes no sólo rechazamos la guerra en Ucrania y a los dos bloques imperialistas enfrentados (EEUU-UE y Rusia), sino que nos oponemos tajantemente a cualquier tipo de organización, violencia y política de carácter imperialista. Los estudiantes sabemos bien que no tenemos nada que ganar bajo banderas ajenas. Que no tenemos nada que ganar en conflictos por el reparto de un mundo que debería pertenecer a los pueblos mismos; en guerras que tratan de salvaguardar los beneficios de unos pocos hasta las últimas consecuencias. Y esto es, precisamente, lo que representa la OTAN.
La cumbre y sus objetivos no tienen otro fin que reforzar los distintos movimientos que la OTAN despliega a lo largo del mundo y de asegurar, con ello, la defensa de los intereses monopolistas de los países miembros. Todo esto, de hecho, no puede entenderse al margen del periodo de crisis económica que estamos viviendo; tampoco al margen de las características actuales del capitalismo y la radicalización de las potencias imperialistas.
En este sentido, como estudiantes, debemos destacar también el papel que juega el sistema educativo dentro del entramado político y, por extensión, militar. En un escenario de gran falta de fondos y recursos para satisfacer las necesidades de la educación pública a todos los niveles, se destina financiación a generar proyectos de investigación, patentes, etc. para engrasar los engranajes militares. Ejemplo de esto son los programas de «cooperación» que numerosas universidades tienen en la actualidad con estructuras u organismos militares.
De la misma manera, no se nos escapa cómo la celebración del evento –sumada a la amplia propaganda en torno a la guerra en Ucrania– pretende favorecer la visión que a nivel social se tiene de esta alianza militar, abanderando unas ventajas inexistentes para las capas populares de la participación en este espacio. Tampoco, cómo pretende ser pretexto para determinada militarización de la sociedad. Sin embargo, ha sido firme la respuesta de las organizaciones del pueblo trabajador: en los barrios, en los centros de trabajo, en los centros de estudio y, este pasado 26 de junio, en la multitudinaria manifestación convocada en Madrid. Tal y como fueron firmes las protestas, en su momento, contra la entrada en la alianza.
Coordenadas de denuncia, oposición y lucha son las que han regido también la acción estudiantil frente a la OTAN:
El movimiento estudiantil también planta cara al imperialismo y, en definitiva, al sistema que en el nombre de la paz hace la guerra para el beneficio económico de unos cuantos. Continuemos reivindicando la salida de España de la OTAN de forma inmediata y la expulsión de las bases militares; construyamos solidaridad con los pueblos del mundo y una sociedad al servicio de la mayoría.
¡NO a la OTAN!