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Sobre los acontecimientos educativos en Francia

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Desde finales de marzo, el estudiantado de una veintena de universidades públicas en Francia está movilizado en oposición a la Ley de Orientación y Éxito de los Estudiantes (Ley ORE). La ORE, una reforma implantada por el Gobierno de Emmanuel Macron pretende consolidar una serie de criterios para orientar a los y las estudiantes que quieren acceder a la enseñanza superior.

Esta reforma se plantea en base a tres argumentos. El primero es que hay demasiada demanda en según qué grados universitarios y algunas facultades no tienen la capacidad para dar cabida a esas demandas. Consecuencia de ello, la selección de admisión (gestionada por “Admission Post-Bac”)  de algunos estudiantes que no encontraban plaza, acababa convirtiéndose en un proceso injusto (a veces se hacía al azar, por ejemplo). El último argumento esgrimido por el gobierno francés es el alto porcentaje de estudiantes que no acaban el primer año de carrera (más del 50% del estudiantado). Su intención es la de orientar de manera más adecuada desde un principio para reducir costes a las universidades y evitar inscripciones “fallidas” e “inútiles” a diferentes estudios de grado.

La Ley ORE ha suscitado un alto rechazo dentro de la comunidad educativa francesa, que ven como esta reforma no es más que otra medida más que tiene como objetivo seleccionar y ordenar a la población según sus capacidades a la vez que apartar al estudiantado que no es supuestamente válido para cursar estudios superiores.

Reflejo de ello es la mecánica y dinámica propuesta para llevar a cabo esa orientación.  El alumnado deberá presentar todo una serie de documentos para poder acceder a la universidad, esta documentación será analizada por un algoritmo informático para facilitar el proceso de selección a las universidades.

Esto conllevará una sobrecarga para los y las trabajadoras de estos centros de estudio que ya soportan unas condiciones laborales pésimas (masificación de aulas, falta de personal administrativo y docente, material informático inadecuado). Además cada facultad podrá modificar los criterios del algoritmo según sus intereses, cosa que no hace más que reflejar la inutilidad del proceso y que conllevará a una selección de admisión injusta. A todo eso, se suma que en ningún momento se tiene en cuenta el factor humano o social, el alumno se verá relegado, encadenado a las notas y valoraciones de sus aptitudes plasmadas en su expediente escolar que facilitará su instituto. Esto determinará su futuro académico y un simple programa valorará si sus aptitudes son adecuadas para una u otra formación. Solamente los y las admitidas que se haya “orientado mejor” recibirán ayuda para conseguir cursas sus estudios, relegando a los que fracasen a un segundo plano y que son vistos por las élites como “fracasados”.

Las movilizaciones estudiantiles coinciden con una huelga a gran escala en el sector ferroviario, donde los trabajadores luchan contra la privatización del SNCF (Sociedad Nacional de Ferrocarriles Franceses, en castellano). Estos ataques y medidas contra el pueblo trabajador y el estudiantado en Francia, tienen algunos paralelismos con nuestra situación actual (tras las luchas del 8M o los pensionistas), debido a que los diferentes gobiernos de los países de la Unión Europea siguen por la vía de las medidas antipopulares y privatizadoras a todos los niveles, lo que ha generado un repunte en la movilización educativa y obrera.

El Frente de Estudiantes declara que:

  • Nos solidarizamos con la lucha del estudiantado en Francia, exigiendo la eliminación de la Ley ORE.
  • La lucha del pueblo trabajador es también la lucha de sus hijos e hijas, del estudiantado.
  • Exigimos una Educación Pública y de calidad contra los planes privatizadores de la UE.

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